Mens Insana: ¿Algún voluntario?
Del amor al arte a la pose hay un palmo. Motores como la inquietud, la ilusión, y los valores personales, son un filón para unos cuantos que tras su proclama sobre los beneficios del voluntariado a lo que realmente se refieren es a los BENEFICIOS. Y en esto, como en las empresas, también hay rangos: el voluntarioso debe saber que no se paga igual por ir a limpiar mierda de ñúes albinos en celo que por ir a liberar focas amaestradas en Canadá. Cuanto más cool más hay que rascarse el bolsillo, porque en algunos casos hablamos de una colaboración de hasta 6.000 euros (por persona). A veces no es sólo la organización, en ocasiones, por el entramado que hay tejido alrededor más de uno asoma el hocico y afila el diente. Y por supuesto el billete de avión no entra dentro de los 6.000, ¡¡¡acabáramos!!! Así, con estas iniciativas lo que apetece es precisamente no ayudar. O por lo menos a nadie que haga negocio con este pretexto. O somos capitalistas o somos amantes del rinoceronte jorobado y la grulla zamba. Porque vamos, esto se le parece a ser puta, poner la cama, hacerlo gratis, y encima dar las gracias por cortesía. Yo me pregunto, ¿algún voluntario? Sheila Blázquez © humorenlared.com |
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