Me han contado que hace muchos años, en la posguerra española, en los retretes había papel de periódico a disposición de los usuarios. La necesidad imponía sus reglas sin que tuviera mayor importancia qué sección empleaba cada uno ni qué cabecera prestaba el servicio. Además, la variedad entre la que elegir legalmente era mínima y monocolor, con lo que venía a dar lo mismo El Correo Español que La Gaceta del Norte. Fueron tiempos difíciles.

Hoy también lo son, pero por el momento y a saber por cuánto tiempo, disponemos de una amplia variedad de tonalidades, texturas y gramajes, para elegir cómo atender nuestras inquietudes más personales. Nos han educado en el optar entre uno u otro rollo en virtud de nuestras ideas, expectativas y deseos aunque finalmente todos acaben de igual manera pues su función es idéntica: recoger el excedente producido y llevarlo a las depuradoras del sistema. No hay atasco que cien años dure.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA.