La gilipollez humana no tiene límites. Hasta ahora los músicos de rock trabajábamos en garitos en los que no pueden entrar menores, que ya es legislar con el culo; ahora esos mismos garitos, o al menos algunos de ellos, han aplicado la controvertida ley anti-tabaco de diversas maneras curiosas. En unos, directamente, se puede fumar y punto. Y que le den por culo a tó, sargento Arensivia. Las “excusas” son diversas: que si estamos en familia, que si la cosa se ha relajado, que si a ver si vamos a ser el único bar del pueblo que cumple esta absurda ley. (Más…) |