Oreja a la Plancha: ¿Justicia para todos?
La interpretación de las leyes en este país es como para estar acojonado. No en vano se habla de indignados y de que esa palabra, que por ahora aguanta bien el desgaste, pertenece al mismo campo semántico que la que representa lo que nos han ido robando: la dignidad. Vemos cómo salen impunes de sus fechorías los autores de los hurtos más bizarros imaginables, cómo estos Apandadores se llevan nuestra pasta a paraísos fiscales (“Mi tesssoro”) cuando podrían haber vivido como reyes de sus bien pagados cargos públicos o sus regios braguetazos. Que no se castigue o incluso se premie con prebendas a un hijo de la gran puta que nos ha robado o con un puesto de presentadora televisiva a una choni analfabeta revenida tiene tela, pero algunas de las noticias que se ven últimamente rozan lo delirante. Y lo jodido es que son ciertas y afectan a personas humanas. El dueño de un garito granadino que programaba jazz y canción de autor, tras haber sido denunciado por ocho decibelios de más, se enfrenta incluso a la posibilidad de cárcel. Sí, donde van los violadores, donde deberían ir los grandes chorizos y no van. ¿Estamos locos? Y cuando esto se imprima sabremos ya qué ha sido de Krahe… Yo me tapo los oídos. Juan Abarca © humorenlared.com |
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