Cada vez son más los que llaman enemigo a gente que un día pasó por la Política. A esos que, pase lo que pase, siempre consiguieron, y consiguen, salvarse de la quema. A esos listillos bien vestidos que observan a distancia, protegidos por cien mil intereses creados, a la gente corriente. Esa que con su voto les franquea un día la puerta de un ascensor que, casualmente, da a un pasillo, interminable, que comunica todas las estancias del Poder, político y económico.

Desde las ventanas de esas estancias, cuando se asoman, ven la calle. Aunque no la vivan. Ven gente que protesta y lucha. Gente que tiene el atrevimiento de aguar la fiesta de la presunta recuperación. Gente que reivindica su dignidad mientras, en palabras de Bertolt Brecht, “los ríos enfurecidos mandan escuadrones de policías”.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA.

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