En uno de esos programas sabatinos, hace unos dos meses, acudió Pablo Iglesias y cuando Eduardo Inda le preguntaba algo Iglesias  le respondía tratándole de Don Pantuflo. Lo hizo varias veces dejándole furioso y  descolocado a Don Pantuflo a pesar de que él se defendió llamándole «El Coletas». Fue un rifi rafe curioso, sin mayor trascendencia. Eduardo Inda es un multimedia que opina de todo y que juega a todos los palos. Navarro, se apellida Inda que es una palabra euskérica. Traducida al castellano  puede  significar «sendero», «vereda», «calleja», «calle estrecha», y si se le pone el sufijo ba, queda en «indaba» que significa «alubia». Inda es un apellido vasquísimo originario del Baztán y extendido por las dos Navarras y Gipuzkoa. Inda era el famosísmo pelotari Perkain. Y tiene variantes con Indaberhea, Indaburu, Indagaray…

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En estos tiempos en que para pasar la noche en un cajero automático te piden dos carreras, cinco idiomas y un mínimo de siete años de experiencia, resulta chocante que los tres últimos máximos responsables del Fondo Monetario Internacional estén enfangados en diversos casos de corrupción y malas prácticas. ¿Cómo eligen a esta gente?.

Sin duda merecemos para puestos así a manguis más cualificados. Sí, se precisan trileros capaces de exigir sacrificios mientras simulan una modestia más grande que su soberbia. Hacen falta auténticos salvajes dispuestos a aplicar recortes brutales mientras fingen preocuparse por el bienestar de la Humanidad.

Menos mal que todavía no han aprendido a borrar del todo las huellas de su pasado.

Julio Albitre Polo, director de EL KARMA.

Cualquier atisbo de candor que pueda despertar el hecho de que un levantador de halterofilia protagonice la portada de un disco bautizado Muy fuerte desaparece tan pronto como comienzan a oírse las guitarras de Enemigos todos, la oda nihilista que inaugura el nuevo disco de Tiparrakers. Y a partir de ahí, la cosa va a más. Punk rock en estado puro, regreso a las esencias. De Mundo raro a Encapsulado. De Sangre y mierda a Leche de burra. Vitriolo en las letras y decibelios pasados de vueltas en todo lo demás. Coherencia destroyer en cada pista. Rápido y limpio. A quien no se le vayan los pies con el estribillo de Crimen organizado es que no tiene sangre en las venas.

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