febrero 21, 2014

Península Histérica: Prohibir

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Hay algo en el ADN de la derecha que le empuja a terminar con aquello que no le gusta por la vía más expeditiva, que casi siempre es su prohibición. Pueden ser manifestaciones reclamando los derechos de los presos o reclamaciones de barrios obreros que se oponen a ver cómo se especula con su terreno mientras los servicios públicos adolecen de los recursos más elementales.
Si no les gusta lo que ven, sacan a relucir la ley, o mejor aún la tergiversan o la cambian para borrar aquello que les desagrada. Es curioso que quienes se consideran a si mismos como los liberales o incluso los nuevos liberales sean los primeros en prohibir cualquier expresión de disidencia.

Pero si algo clama al cielo es cuando tratan de exportar su moral e inoculársela al resto de la sociedad. Sus comportamientos sexuales y por supuesto su visión sobre el no derecho a la interrupción del embarazo son la única posible. No les basta con regir nuestra vida, así que podría decirse que desean también controlar el útero de las mujeres. De todas, de las que piensan como ellos y de las que no lo hacen, que al parecer no deben ser lo suficientemente maduras para decidir sobre su propio cuerpo ni sobre sus propias vidas.

Miguel Fernández © humorenlared.com

 

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