Conoce bien el fiel lector, tal vez un poco a su pesar, mi reiteración en ensalzar las virtudes de la prensa como guía moral de su rebaño, confuso y voluble, tentado en demasía por los estímulos escandalosos de este paño de lágrimas en el que moramos. Sin embargo, en ocasiones, los mass media también se apartan del buen camino, siempre sinuoso y lleno de recovecos sombríos. Por ello no es menos gozoso ver cómo algunos grupos de comunicación recapacitan, hacen acto de contrición y tratan de purgar sus pecados de la mejor manera que saben. Es exactamente lo que hace Vocento, a través de una de sus cabeceras de referencia, en su edición del 31 de mayo, San Noé, cuando publica a toda página la información «La prostitución y el tráfico de drogas aportan cerca de 1.000 millones de euros al PIB vasco». El grupo mediático, liberado ya de la viga en el ojo propio después de eliminar de su páginas, al terminar 2017, los anuncios de explotación sexual, se ve dotado de autoridad moral suficiente para señalar la paja en el ojo ajeno sin pudor ni falsa modestia.

Y se preguntará el lector, ¿dónde está aquí el mencionado acto de contrición? ¿Dónde la penitencia tras años de rentabilización de la esclavitud sexual? ¿Dónde el mea culpa? Es muy sencillo. Resulta obvio que el texto publicado no es sino una manera de preparar la pista de aterrizaje para el futuro anuncio de Vocento de la devolución de todo el dinero ganado gracias al conchaveo con las redes de proxenetas. No lo dice expresamente por humildad, pero nos anima a leer entre líneas. Casi con toda probabilidad, destinarán ese peculio amasado durante décadas a ayudar a las víctimas de la trata. Porque es lo decente, y lo saben.

También saben que no va ser una tarea sencilla calcular el montante final. Como el mismo artículo cita, existen «dificultades lógicas para evaluar actividades que se producen en la más absoluta ilegalidad y al margen de los circuitos normales de tributación fiscal». Sin embargo a Vocento le sobra voluntad, espíritu de enmienda, compromiso social y caudal monetario para contratar a un ejército de contables (y si no, ahí está la beca de EL CORREO para reclutar a docenas de estudiantes dispuestos a dejarse el alma para labrarse un futuro en el medio) que separen el grano de la paja (otra vez la paja) y diluciden lo que ha ido por factura, lo que ha ido en B, lo que ha ido en negro y lo que se ha pagado en especies. No cejarán. Desde aquí mi apoyo. Vocento, sé fuerte.

Héctor Sánchez © humorenlared.com