octubre 19, 2025

Devora y escupe: Muebles blancos, chicas limpias

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Mesas blancas. Paredes gris clarito. Suelo laminado efecto madera natural. En ocasiones hay algún mueble o detalle en negro para generar un efecto de contraste. Todas las casas que visito en internet tienen el mismo diseño. Las de mis amigas y la mía también, porque muchas de ellas, pertenecen a los dueños que rentan sus propiedades en las páginas que visito en internet. Han pasado 15 años desde que el estilo hygge se instaló en nuestros hogares y nos impuso la necesidad de comprar muebles para sentirnos mejor. Para estar más en paz. Pero si rascas un poco las paredes gris clarito, solo aparecen síntomas de ansiedad y depresión. También una cuenta de ahorros que no avanza por el precio elevado de los alquileres. (Más…)

julio 16, 2025

Devora y escupe: Dump him

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No quiero que mis amigas me presenten a sus novios porque acabaré odiándolos. Y lo digo ahora a mitad del año 2025. Evaluando con saña la ruptura de X (relación de 10 años), la de Y (relación de 4 años), la de Z (relación de 6 años). No quiero conocerlos. No quiero saber sus inquietudes. Si levantan la tapa del váter al mear (o no). Si se dedican al arte. Si van al fútbol. Si son militantes de algo. Si son sensibles. Si han tenido una vida familiar complicada. Si el pobrecito, todavía está buscando su lugar en el mundo con treinta y pico años. Si va a manifestaciones. Si es apolítico. Si es vegano. Si está en paro. En cualquiera de los casos: Dump him (gracias Britney Spears, por dejarnos este sabio mensaje en 2002). Y bienvenidas al club.

Abróchense los cinturones. En unos meses os habréis convertido en una Máquina de psicoanalizar, como dice la canción de Carmen Lancho. Tomen asiento para acoger la rabia, la recaída. Y el despegue hacia una nueva galaxia en la que tendrás que atravesar unos cuantos agujeros negros. Just do it. (Más…)

abril 16, 2025

Devora y escupe: Sci-fi

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Unas montañas nevadas rodeadas por un lago. La cima la cubren unas nubes blanquísimas, esponjosas. Un árbol nace entre lo acuoso. Las ramas acarician el agua. Es un paisaje de invierno. Mudo. Tierno. Inmóvil. Y es quieto porque es mi fondo sugerido de windows. Una imagen aleatoria inmortal. Lo más cerca que logro estar de otra realidad sin moverme de la oficina. Así pasaré unas horas en este idilio hasta que el fondo cambie cuando reinicie el ordenador. Entonces el paisaje podrá mutar a un desierto, a un mar rojo o al ártico. Todo lo ficticio puede resultar una realidad palpable con doble filo como: las operaciones estéticas en el rostro / un vídeo sádico hecho por IA que borra el origen de un territorio / un plan de ahorro de aquí a cinco años / una casa propia.

Los fondos de windows se pisan unos a otros mientras van pasando los días. Entonces te das cuenta de que constituyen una especie de sedación para escapar del presente, del ahora. Que ese escape funciona como un anhelo y el deseo capitalista de querer estar en otro espacio físicamente y, que algún día, lo harás, pasando más horas sentada y acumulando euros para transportarte a otro país fuera de pantalla. O tal vez no. (Más…)

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