Los japoneses parecen muy formales, pero cuando les da por montra programas de televisión de cámara oculta no hay quien les gane a la hora de inventar perrerías. Japón debe vivir en la paranoia, por si les están filmando…

Tanto dinero invertido en academias de inglés, profesores particulares y viajes a gibraltar para descubir que simplemente con la palabra «fuck» ya te entiende todo el mundo. En la película «Snatch» lo saben bien.

Los bustos parlantes de la televisión también se trabucan, pierden la conexión, no oyen por el pinganillo o se quedan pensando en si se han dejado el horno de casa encendido. Una colección sin desperdicio.