Mens Insana: Pringaos
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| Se me pone la cabeza como un árbol de Navidad incendiado al escuchar ciertas cosas. Algunos hemos fantaseado hasta el ridículo con un mundo mejor, un país mejor, un barrio mejor. Pero acaso ¿somos nosotros mejores? Dos ejemplos reales: 1. El jefe de una ONG. Se va de vacaciones y paga hoteles, y no baratos, con la pasta de una organización no gubernamental, seguramente financiada por algún Gobierno. ¿Qué diferencia hay entre este tipo y la banda de Rajoy? El pringao oenegero no roba más, o bien porque no puede, o porque no sabe, o porque no se atreve. 2. Un jefe de una expedición al Everest. Contrata los servicios de un esclavo, sherpa para los amigos, y en el avión de vuelta saca a pasear al progre que lleva dentro. Brama contra los empresarios y sus contratos de mierda. Dice el pobrecito que no quiere ser esclavo de su patrón. Hay que ser cutre. Cuando se es así solo se puede aspirar, como mucho, a un mundo cutre. Aunque vayas por la vida de Dr. Livingstone. Mira bonito, cárgate el espinazo, el tuyo, con las bombonas de oxígeno, los taper de Ikea, y las pastillas para los mareos. Y tira pa’ arriba. Antes, si quieres, le pides ayuda al turista de la ONG. Y a ver a dónde llegáis. Sheila Blázquez © humorenlared.com |
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El otro día me hice unas fotos de mis partes íntimas para mandárselas a mi novia con el móvil. Por error se las mandé a mi jefa. Cuando llegué a la oficina el día siguiente me temía lo peor. Pero el caso es que me acaban de ascender y la mujer es sospechosamente amable conmigo. ¿Debo preocuparme?
