Fin de semana. Volviendo a casa, escuché a un hombre cantar en el coche con la ventanilla abierta una canción de Anni B Sweet. Todas las canciones de ese disco en concreto hablan de desamor y quise pensar que ese cincuentón estaba atravesando una ruptura o que, simplemente, puede que estuviera conectando con los gustos musicales de su nueva novia o que se estuviera enamorando de nuevo.
A las horas, recibí una videollamada de un amigo: ¡me caso, tíaaaaa! Bien. Boda. Fiestón. Me alegro mucho. No sé qué más se puede responder mientras tienes puesta en la tele una película de crímenes un sábado por la noche. No sé qué más se puede responder porque, unos se casan y yo no dejo de pensar en un ritual que haré mañana para sanar las relaciones con mis ancestras. Postrada en el sofá, solo deseo que no sea un timo y que de vez en cuando haya que confiar en el jipismo. (Más…)
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