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Estábamos en el patio del colegio. Contábamos chistes. Como respuesta a uno de ellos alguien aseguró, mientras reía, que todas las mujeres eran unas putas menos su madre y su hermana. A algunos eso no nos gustó.
Entonces, aquellos comentarios eran moneda de curso legal. Hoy generarían cierta alarma en algunos sectores de la sociedad, “atentos a estas cosas – quizá anuncien algo más peligroso – dónde habrá oído este crío semejante machistada…” Entonces, a los doce o trece años, nos impresionaba escuchar la palabra “puta” adjudicada a la mujer más importante de nuestras vidas. Entonces se decía como una gracieta. Entonces, entre la amplia variedad de chistes a los que estábamos expuestos y reproducíamos, sin red social ni servicio de mensajería, estaban los de gangosos, los de tartajas, los de cojos, los de gitanos, los de mariquitas… Hasta Martes y 13 triunfaba en la tele con aquello de “mi marido me pega”.
Entonces eran otros tiempos. ¿O no?
Julio Albitre Polo, director de EL KARMA. |
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