¿Le obsesiona que sus bufandas y echarpes sean de fibra sintética por no poderse permitir prendas de tejido natural? ¿Le entristece llevar enrollada al cuello una prenda poco original que viste la mitad de la gente con la que se cruza por la calle? ¿Le preocupa que su gusto por la ropa pueda percibirse como algo superficial y pasajero y no como una pasión visceral? Deje de lamentarse.
No sea la última persona entre sus amistades en apuntarse a la moda zombie, ahora que ya está de capa caída. No deje pasar la oportunidad de convertirse en un/a freakie diletante. No permita que su reciente afición por la cultura popular, que antes le parecía de gente inmadura pero ahora que está de moda disfruta con fruición, quede menoscabada por un outfit que le desmerece. (Más…)
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