Errol Flynn ve la luz en una isla cerca de Australia. Nacer con bigote y un notable priapismo le hace ganarse el sobrenombre de “La bestia de Tasmania”. Expulsado de todos los colegios de la nación por trapichear con plastilina adulterada, abandona el país para dedicarse a la vida bohemia. Tiene que ejercer diferentes profesiones: capador de reses, buscador de oro, piñata humana y traficante de esclavos en Nueva Guinea (donde destaca poniendo en práctica las técnicas aprendidas como capador).
Harto de zascandilear decide dedicarse al cine, debutando en Hollywood con El Capitán Blood. La fama le pierde y acaba abandonándose a los placeres de la carne, especialmente la de ternera lechal a la pimienta. Su otra pasión es el alcohol. Llega a acudir a los rodajes con sandías de cinco kilos rellenas de anís del mono, que se ventila sin levantar sospechas ni invitar. (Más…) |