Jacques Bernard de Molay (Molay, Franco Condado de Borgoña 1245 – París 1314) fue un militar, licenciado en magisterio, catequista y formador en eficiencia energética francés que consagró su vida a la instalación de aparatos de climatización por Europa, la ribera del Mediterráneo y Oriente Próximo. Nacido en una familia noble de rancio abolengo, vive su infancia temeroso de las corrientes de aire, la olas de calor y la gota fría que estacionalmente azota la región de Alta Saona. A los 21 años asiste a un cursillo sobre aire acondicionado impartido por miembros de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, que habían pasado a llamarse los Templarios en su cruzada por evitar que los cristianos pasaran demasiado frío o demasiado calor. Termina el módulo con aprobado alto, que le convalida un grado medio de FP, y decide ingresar en la Orden para poder sacarse la licencia de instalador.

Así da gusto entrar en casa

Durante las décadas de los 70 y 80 se encarga de dar asistencia técnica en Tierra Santa, aunque a menudo recibe quejas de mamelucos que le recriminan el poco cuidado con que taladra los agujeros para pasar los tubos y cables al exterior. Harta de que todos los aparatos instalados por Jacques provoquen goteras por condensación, la Orden le nombra en 1285 comendador de la casa templaria en Chipre, con la idea de relegarle a un puesto administrativo. Sin embargo, su gestión descuidada y procrastinadora le conduce a perder Acre, que empieza a operar con una compañía de ventiladores de la competencia. Tras la muerte del Gran Maestre Thibaud Gaudin, en 1292 es promocionado a 23.º Gran Maestre de la Orden del Temple, momento en el que alcanza su máximo nivel de incompetencia. Entre 1293 y 1305, y tras varios intentos fallidos de fidelizar clientes en Jerusalén, Emesa, Alejandría y Tartus, se dedica a recorrer las cortes europeas para tratar de colocar el stock de climatizadores de una marca mongola con domicilio fiscal en Tabriz. En 1306 se reúne con el Papa Clemente V para que interceda contra la OPA hostil presentada por los Caballeros Hospitalarios. En 1307 el rey Felipe IV de Francia, temeroso de contraer la legiolella por culpa del aire acondicionado, pide al Sumo Pontífice que tramite un ERE a los templarios. Jacques es detenido, acusado de herejía, simonía, sodomía y mala praxis corporativa, torturado a revisar albaranes durante meses, y finalmente juzgado sin opción a finiquito ni pensión de julbilación.

Fallece a los 70 años en la hoguera, muy enfadado por la dejadez de los encargados de regular el termostato.

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