Entrebestia: Julian Iantzi: “Soy rubio natural de bote hinchable”
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 Julián Iantzi afronta su enésimo proyecto televisivo cambiando el trabajo en equipo por la cucaña social del todos contra todos y excluido el último.EL KARMA: ¿Cómo surge El Pensionista del Fin del Mundo…? Julían Iantz: Pues como sucede siempre, aceptando el reto, sí o no o dicho de otra manera: sí o qué. E.K.: ¿Puedes especificar un poco más? J.I.: (Se gira de manera que sus rubios cabellos reciban de frente la brisa en los acantilados de Zumaia) Un día salí a estirar las piernas y para cuando me di cuenta estaba en Santiago de Chile. Un médico me curaba los sabañones que me salieron al cruzar los Andes. Aquel tipo me explicó el sistema de pensiones local, totalmente privatizado. Luego me enteré de lo de aumentar la edad para jubilarse a los 67. Me lo contaron al salir del agua en Zarautz. E.K.: ¿Fuiste andando desde la Patagonia argentina hasta Santiago de Chile y volviste a nado hasta Zarautz? J.I.: No joder… fui andando desde la sede de EiTB en Bilbao. Es que me pongo a caminar no me entero. Me habían propuesto otra edición de El Conquistador del Fin del Mundo. Querían reforzar el rollo campo de exterminio electrificando las alambradas y colocar algunas minas antipersonales. Un rollo más guantanamero con los concursantes escuchando a todo volumen un día sí y otro también la cortinilla del programa de Iñaki López… E.K.: Increíble… J.I.: Ya, como mi pelo. Es rubio natural de bote hinchable. Lo extremo es mi remo. Delante de las cámaras he conseguido personaje a media circunvalación entre el sargento de hierro de paisano, un monitor de tiempo libre cristiano de base y el yerno que toda vasca quisiera tener. Pero tengo un mundo interior mucho más rico. Ahora busco una rotonda entre asesor fiscal desencantado, jefe de personal latiguero de encargo y el yerno que toda vasca quisiera tener. E.K.: Qué bien, oye, pero eso de que el premio sea criogenizar al ganador para que en el futuro… J.I.: Vamos a filmar a estas personas durante toda su peripecia profesional. Les vamos a ver achatarrarse en vida; claudicar ante sus superiores, clientes y acreedores; desmenuzar el comprobante de su saldo en el cajero automático a día seis… Va a ser duro de verdad. ¿Qué mejor premio que otra vida, otra pensión? Y eso que el Gorigolzarri también concursa, que tiene coj… E.K.: ¿Y el fin del mundo? J.I.: El fin del mundo está aquí mismo y los costes de producción son mucho más baratos. Además, viendo lo de la jubilación a los 67, está claro. Si con “el conqui” conseguimos unos shares del 25%, con “el pensio” vamos a arrasar. E.K.: ¿Por qué? J.I.: Por Goirigolzarri. Por el terrorismo. Porque los concursantes van a ir todos contra todos. Porque si este tío no estuviera en medio del concurso a lo mejor se paraban los demás a pensar y se daban cuenta de la engañifa profunda, del fenomenal chantaje y de la estafa vital absoluta que anida en el concepto mismo de “sistema de pensiones”. Sea público, privado o semiprivado. Pero eso no va a ocurrir, porque al estar Gorigolzarri ahí van a ser como las sardinas que nadan con el tiburón. Y las sardinas van a decir: huy yo quiero mi parte. Pura emulación. Egoitz Etxeberria © humorenlared.com |
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