Así el total de personas desempleadas asciende a 135.687. Ahora cojo la noticia. Ya caigo. Es magia potagia. A más paro, menos accidentes laborales y mortales. Ahora los accidentes van a trasladarse a los parados. Los expertos se alegran de eso. Pero puestos a estudiar, estudiémoslo todo. Echo de menos el estudio de las enfermedades y accidentes no laborales, sobre todo en la población parada: las migrañas cuando no tienes ni para un plato de alubias de bote, irritabilidad para tratar con la gente, cefaleas haciendo cola en la cola del INEM, arritmias a la hora de solicitar ayudas a la administración o miocardios cuando llegan las órdenes de embargo. Qué poco se habla de la depresión, de la ansiedad y de las toxicomanías asociadas a estar sin curro en la puta calle.

Los expertos se alegran de que haya menos enfermos en el trabajo, pero no caen, o no quieren caer en que cada vez hay más gente que no trabaja. Expertos a los que deseo, con todo mi corazón y parte de mis entrañas, no se queden nunca en el paro. Para que no sepan, ni por casualidad cómo es una úlcera, o lo que es sufrir un trastorno psicológico o hacerse trizas el sistema cardiovascular por no tener trabajo. Menos mal que de vez en cuando se suicida algún experto.

Bosco el Tosco © humorenlared.com