Puños Fuera: Peleza
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| El comienzo de este año 4709 (abandonando el tercer milenio cristiano y computando en el calendario lunar chino) rechina para las firmas vascas deslocalizadas en el extremo oriente. Después de sus desfasadas fiestas de nochevieja en pleno febrero (o chuxi en nativo), la gente ha desertado del tajo en considerable proporción. Simplemente no han vuelto al curro, convirtiéndose lo que parecía un resacón en un abandono en toda regla. Año nuevo, pira nueva. Los pocos chines que dan en los talleres de la globalización nunca faltan: aquí y en Beijing el pleno empleo siempre ha favorecido ese modesto sabotaje al ritmo industrial que regala una caótica trashumancia laboral. Así, el año del tigre se anuncia complicado para las empresas patrias que huyeron al otro lado del globo confiadas en el 3% que allí les suponía el coste de la mano de obra. Ahora, para retener a los currelas (que el manual de Racismo for dummies pintaba sumisos) les hará falta algo más que una taza de arroz. Porque detrás de las sombras chinescas de la propaganda capitalista hay mucha vida aún. Y el peligro amarillo es de nuevo la indolencia. Chin-chin, brindemos por el año nuevo chino. Jtxo Estebaranz © humorenlared.com |
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