abril 19, 2010

Resacón en la Iglesia

La relación entre catolicismo e infancia se ve sacudida por escándalos sexuales encubiertos por la Iglesia. Siglos de excesos han desembocado en el gran resacón.

«Dios mío, me acuerdo del hermano aquel con el rabo en la mano, de sus abrazos, de su manía de juguetear levantándote la camisa y me pregunto si no me estaría magreando sin yo saberlo. Y luego estaba el Calimero, que daba “particulares” de guitarra. A ese le gustaban las niñas. Era un raro… curas alegres, niños tristes”, rememora un padre treintañero mientras observa incrédulo la carta que ha recibido, animándolo a matricular a sus hijos en el mismo centro donde él estudió.

El caso del religioso José Ángel Arregui Eraña, detenido en Chile por posesión de pornografía infantil y tres toneladas de piruletas, es de manual. Con la excusa de una tesis sobre el crecimiento entre la adolescencia grababa y medía a chicos de entre 12 y 14 años. Su tapadera: profesor de gimnasia en centros de la Comunidad de San Viator. Hoy, cuando la Iglesia Católica, Apostólica y Romana reconoce haber investigado unos 3.000 casos de curas pederastas en la última década, en los corazones de muchos padres y madres arde la llama de la desconfianza. Es un titilar diferente al de la fe ciega en el sumo pontífice y sus subordinados. “Tantos siglos de euforia desbocada provocan un resacón descomunal en nuestra Iglesia. Nunca fuimos ángeles, pero los padres de hoy están demasiado apegados a sus criaturas. Menos mal que Rouco encubre los casos más sangrantes en Madrid, como los de Rafael Sanz y José Martín de la Peña, condenados por abusos sexuales a 2 y 10 años de cárcel respectivamente”, explica el teólogo Bonifacio Patrañas.

Por su parte, la pedagoga Marisa Camantecas  repasa los entornos donde se han relacionado infancia e Iglesia a lo largo de los siglos: Sacristías anónimas, confesionarios crujientes, colegios mayores, medianos y pequeños, centros de acogida, coros (con y sin castración previa), parques infantiles, grupos de tiempo libre, jornadas espirituales, salas recreativas, perreras, casas de acogida para ovejas descarriadas… “Y me dejo más en el tintero porque durante años para los progenitores ha sido sotana, caballo y rey dejar a sus vástagos al cuidado de la Santa Madre Iglesia”, afirma.

Secreto de confusión

En los países donde la fe católica tiene arraigo, los niños han pasado por las amorosas manos de la Iglesia a través de órdenes encargadas de su cuidado y protección. Para la jerarquía católica los abusos siempre son “casos aislados”, algo que explica Camantecas. “Efectivamente, las víctimas de abusos suelen sentirse aisladas, confusas y desprotegidas. Callan aterrorizadas durante años”. Para Patrañas, la verdadera víctima  es la Iglesia que sufre una “campaña de descrédito”. Hace diez años se supo que  el sacerdote norteamericano John Geoghan había abusado de 130 niños durante veinte años y que la medida tomada por sus superiores fue moverlo de parroquia en parroquia. “Le pagaron hasta un viaje a Las Vegas para que se desfogara. Entiendo el escándalo pero en América están acostumbrados a la movilidad laboral. Todo por el amor de Dios. Además, no usó condón”, puntualiza Patrañas. En EE.UU. echar tierra al asunto ha costado a la Iglesia 2.000 millones de dólares en arreglos extrajudiciales y siete diócesis de las 195 que forman el club se han declarado en bancarrota. “Estamos valorando una dispensa parcial del celibato. Sin matrimonio nuestros chicos podrán hacer el helicóptero con su miembro y el desfogue misionero según sus inclinaciones… siempre con personas mayores de edad. Aunque sea pagando, a la larga sale más barato”, ha afirmado Francis Eugene George, presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos en una rave antiabortista. Demasiado tarde para evitar un escándalo que salpica como paja en el ojo propio a Benedicto XVI.

Para todo lo demás:
www.vatican.va
Los Santos Indecentes
www.concapa.org Tolerancia Cero
www.legionariesofchrist.org Tensión sexual no resuelta

Abel de las Heras © humorenlared.com


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