mayo 24, 2010

Oreja a la Plancha: Dame argo…

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Tráeme ahora mismo toallas de tal color con motas lila o no toco. Tráeme coca, speed, jachís, tráeme una puta. Amigos, los mitos más descabellados sobre el divismo gilipuertas de algunos músicos no sólo son ciertos, sino que se quedan cortos en muchas ocasiones. Y no estamos hablando de Lenny Kravitz o gente de ésa cuyo nombre parece formar parte del mismo campo semántico que “limusina”, sino de tolais que viven aquí en el portal de al lado, cuyas canciones a veces levantan al público -¡encima!- con mensajes de esos de buenrollismo cósmico, y que simplemente gozan de un cierto grado de tirón.

Los promotores están acostumbrados a sondear al músico y ver por dónde respira. Unas veces va todo como la seda y con el tiempo se puede hablar hasta de amistad (¡oh, no!; ¡oh, sí!), otras tienen que aguantar una rabieta de cojones porque al nene no le han puesto delante, pero que ya, una cantidad desorbitada de la sustancia ilegal que sea. Legalización sí, claro. Pero mientas no llegue el día, ve tú a comprar lo que quieras y arriesga tu culo. Y a trabajar, pelmazo, al andamio como cualquier paleta, gilipollas. Y si no vienes desfogao, tráete a tu madre o algo.

Juan Abarca © humorenlared.com

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