La Biblia en Verso: Al César lo que es del César
Corro el tupido velo que ha sido noticia en los medios por las convicciones de una joven estudiante que quería serlo con la cabeza tapada para tener las ideas calientes o que estas no se escaparan. Sin embargo, en el país de los ritos, Constitución en mano, te puede salir caro equivocarte de religión. Es este punto el más chirriante sin duda. La educación, empero, superada por la convicción, en este caso, católica. Mientras la democracia espera la denominada separación entre Dios y el Estado, ese gran César rodeado de brutos y algún roco, hace apuntar el problema a la situación escolar que encontramos por defecto. Y está arraigada a muchos para toda la vida: hacer el bien por creer en Dios no es igual que tener atados nuestros valores a una lista de diez mandamientos; pero la libertad, el coraje, la constancia, el temperamento o la integración son hechos intrínsecos que a día de hoy están ligados al catolicismo mediante la educación. La escuela primaria tiene, peor que un velo personal, una cortina de humo que impide diferenciar al ético del dadivoso alegre. Y sigo preguntándome cual es la razón que permite poner como base a Dios como principio educador y qué sentido tienen las cruces en las paredes cuando lo subliminal está prohibido como tal. Egoitz Arrien © humorenlared.com |
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