Butaca de Gallinero: Clásicos
He visto el Robin Hood de Russel Crowe. Si fuese una persona violenta habría golpeado al acomodador con su propia linterna por pura frustración. Me conformé con un ataque de vergüenza ajena. ¿Era necesario volver a tocar el clásico para hacer eso? ¿No había sido suficiente todo el rollo de la flecha subjetiva y la bruja de los cojones, perdón por el lenguaje, del Robin Hood de Costner? Si Errol Flyn ya lo había dicho todo y la revisitación de Robin y Marian satisfacía con creces a los deconstruccionistas, ¿por qué mancillar un clásico? Otra vez. Pero claro, definamos clásico. Para unos es cualquier película con más de 50 años, bien sea Sed de Mal o La gran familia. Para otros es toda película que ha marcado a una generación o ha sentado algún tipo de precedente o tendencia en el cine. Bien, repasemos las películas estrenadas recientemente o a punto de hacerlo en meses venideros: Furia de Titanes, Alicia en el País de las Maravillas, El Equipo A, Karate Kid, Un funeral de muerte (versión USA), Déjame entrar (versión USA), Pesadilla en Elm Street, Predators, Piraña 3D… Ante los resultados habituales de este regreso a los clásicos, al cinéfilo le suelen quedar dos alternativas: o fagocitar los films originales y no salirse de ahí, o acabar aborreciendo el cine. Las dos decisiones pueden derivar en no volver a pisar una sala, que no sea de cine-club, en la vida. Roberto Aguirre © humorenlared.com |
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