La Biblia en Verso: Estarás conmigo en el paraíso
![]() |
|
El método de la retórica es el discurso por la frase. Hablar mucho empalando las orejas del espectador en busca del eslogan que canalice todo el mensaje. Exactamente lo que hizo el embaucador del madero de al lado, con la labia del speaker que está acostumbrado a vender humo. Tras toda una vida de engaños, de intentar caer bien a la gente para clavársela por la espalda, aquel salteador tuvo la suerte de cruzarse con el profeta para compartir el final de un camino. Apuesto que se le puso dura cuando le dijo al mesías: “Ey, nosotros nos lo merecemos. No hemos sido tan malos, pero nos hemos dejado coger”. Y bueno, dejando a un lado las vueltas de conciencia que podía tener por haber sido un ladrón toda la vida, seguro que el ojete se le apretaba cuando pensaba si iba a ser obligado a pagar por sus pecados. “Acuérdate de mí”, fue el órdago a la grande. Y la respuesta estaba en el titular, la necesidad de crear paraísos fiscales. Pues este ladrón, que suponemos conservaba las dos manos, como el banquero actual, pudo entonces dejar de apretar el esfínter, mientras presenciaba la muerte de su último embaucado, soñando que si le daban una segunda oportunidad se haría director de seguros o compraría bonos del Estado al 25%. Y sin quererlo dejó claro que lo importante es el poder. Y no hay ninguno mejor que el establecido. O el venidero. A por él, chicos. Egoitz Arrien © humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Egoitz Arrien
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados