Poco importa que estos nómadas sean legalmente tan europeos como cualquiera otros. La libertad de circulación de personas es para quienes quieran trabajar conforme mandan los cánones. El resto, tomando la parte por el todo, son meros delincuentes y no se merecen el más mínimo intento de integración, reconociendo lo difícil que puede llegar a ser. La ciudad de los gitanos es el mundo, pero solo existe en los poemas de Lorca.
Sarkozy se gana a las clases medias que no quieren pobres a su alrededor, pero la pobreza siempre amenaza con volver. El resto de Europa calla y puede que incluso aspire a tener líderes tan enérgicos. Y lo que es peor parafraseando a Brecht podemos preguntarnos quiénes serán los siguientes.

Miguel Fernández © humorenlared.com