septiembre 27, 2010

Estar Sistem: Álvaro Vitali, el galán que quiso ser gañán

Alvaro Vitali comienza muy pronto a interesarse por las Bellas Artes. Con ocho años acude al Vaticano con un spray, una escalera y cuarenta bricks de vino quianti peleón, y pinta bigote a todas las figuras de la Capilla Sixtina. Sus innatas cualidades interpretativas y una cara de idiota que ya apuntaba maneras a tan tierna edad, le ayudan a que la policía militar de la Santa Sede no lo lapide. Todo queda en una sanción administrativa saldada con cuarenta latigazos en la plaza de San Marcos y una estancia de un mes dentro de un compresor industrial (lo que le marca para siempre). Decidido a seguir la carrera de actor, comienza su carrera de la mano de Fellini. Primero como extra de luces en sus producciones pornográficas clandestinas de finales de los sesenta y más adelante como mamporrero ejecutivo en films como Roma, Amarcord o Las Aventuras de Enrique y Ana: la Precuela.

Peras y conejos

Harto de que se desaprovechen sus cualidades interpretativas participa en películas denuncia que criticaban el sistema educativo italiano de los setenta. Las controvertidas La profesora de ciencias naturales (1976) o Las maniobras de la doctora con los soldados (1978) llegan a ser censuradas por el primer ministro Aldo Moro, quien sufre represalias por parte de un grupo de fans del actor. Ya entrados los ochenta un más maduro Álvaro Vitali continúa su contestatario cine de autor iniciando la saga de Pierino (Jaimito en la versión española). Esta vez critica la asistencia social y su despreocupación por los alumnos de primaria de treinta años con problemas de crecimiento y boinas con borla. El actor continúa en la actualidad vinculado al mundo del cine, picando entradas en una sala cerca de Palermo.

Horacio Sandoval© humorenlared.com

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