Península Histérica: Guggenheim
A algún periódico del país no le han sentado nada bien las declaraciones de un alto cargo de cultura, en las que se reflexionaba crítica, pero serenamente, sobre el proceso de instalación del Museo Guggenheim en Bilbao. El Guggenheim parece ser un extraordinario contenedor, a precio de titanio eso sí, pero con un contenido un tanto pobre. Si le unimos una gestión abandonada a la suerte de las decisiones que toman los neoyorquinos y algún que otro escándalo en su gestión, podríamos decir que el titanio reluce, pero también que tiene su cara oscura. Pero personalmente me preocupa más el modelo de gestión cultural que se viene aplicando en este pequeño país en los últimos años. La megalopolización de las capitales plagadas de macro infraestructuras culturales, mientras los municipios sufren para mantener las suyas al mejor nivel posible. Macro infraestructuras que repiten el modelo de un bonito contenedor y un contenido basado en muchas ocasiones en una banalización de la cultura, ideal claro está para una sociedad del espectáculo que ya anunciara Debord. Cualquier arte es bueno si ayuda a vender pintxos a los bares de alrededor. ¿Los creadores locales? ¡Ya veremos! Y después está lo que conlleva este modelo de megalopolización. Una red de transportes depredadora para unir velozmente tres capitales poco distantes. Viajemos volando de Donostia a Bilbao y procuremos no mirar mucho lo que hemos hecho por el trayecto. ¡País! Miguel Fernández © humorenlared.com |
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