noviembre 11, 2010

El Ampli: Espera con Pause

La heterogeneidad y el eclecticismo no son bien entendidos por todo el mundo. Menos mal que en esto de la música hay donde elegir.

He quedado con un colega para que me devuelva unos discos que le dejé hace ya algún tiempo. Varios de zortxikos, un recopilatorio de lo mejor de El Señor de la Danza, los grandes éxitos de Parchís y un single de Nana Moskouri en vinilo. En realidad no tengo interés en recuperarlos, pero trato de evitar un posible chantaje a largo plazo si mi amigo tratara de hacer público mi oscuro pasado musical. Miro el reloj. 35 minutos más tarde de la hora. Conociendo su puntualidad aún me queda un rato de espera. No se puede con esta gente. Con esta Gentuza, parafraseando el título del nuevo disco de Motociclón, esos vallecanos más chulos, si cabe, que los Burning. Y más macarras.
Intento animarme tarareando la versión du-du-a que The Baseballs han hecho del Pokerface de Lady Gaga y que incluyen en Strike Back!, la versión corregida y aumentada de su último álbum. Mi amigo me esta dando la tarde, pero es pensar en un tupé y alegrárseme el día. Como cuando vas en coche, vienen curvas y antes de llenar el habitáculo con la cena de la noche anterior alguien te hace tragar con un embudo cuatro botes de Biodramina. Por eso habrá llamado Mr. Kilombo así a su disco. Porque después de usarlo te sientes de la leche, relajado y animado a la vez.
Pasa el tiempo y los pies se me duermen. Me acuerdo de mi amigo, de la madre de mi amigo, de su perro y de estos dos últimos interactuando juntos. También de La Prima Donna, con su disco debut y con la voz, a ratos inquietante, de su cantante Sonia Herrero. Con ese pensamiento en la cabeza doy una cabezada de pie. Una cosa lleva a la otra y en la duermevela se me aparecen los Sutura rondándome con los temas de su nuevo trabajo Sueños podridos. Cuando llegan a la versión punk-rock del himno de la Real Sociedad me despierto.
En medio de estas divagaciones diviso a unos niños en el parque. Le dan de comer a las palomas. Pero no migas de pan, sino trozos de filete de buey. Sí que hacía tiempo que no bajaba a un parque, joder cómo han cambiado los hábitos alimenticios de estos bichos. Ya sólo falta que los grupos de ancianos se pongan a corear en grupo el Rust in Peace Live de Megadeath.
Me acerco a los chavales y me doy cuenta de que no juegan con las palomas, las entrenan. Para joder al personal. Se ha perdido el espíritu pacifista de John Lennon. Y eso que acaba de salir Gimme Some Truth, el álbum aniversario con temas remasterizados del ex-Beatle a partir de las mezclas originales. Porque mezclar no siempre es malo. Lanzan las palomas contra mí. Huyo. Me sobrevuelan y varios proyectiles caen sobre mí. No son precisamente Nubes de papel, esto no tiene nada que ver con lo nuevo de Depedro. Trato de limpiarme en la fuente como puedo. Quiero alejar los pensamientos negativos. Kalean, esos gurús donostiarras, lo saben bien. Hazme olvidar han llamado a su último elepé. Precisamente en eso trato de concentrarme. Pero las palomas me han alcanzado en la cara. Parezco Alice Cooper en la portada de Theatre of Death. Podría intentar patinar un rato y pasar de mi colega y de mis discos viejos. Pasar de todo y de todos, y reinventarme a mí mismo. Como ha hecho Dover (otra vez) sacando I Ka Kené, un disco a base de ritmos africanos y lisergia en forma de trigres azules.
Termino la tarde con llamada de mi colega. Que dice que dónde narices estoy, que me lleva esperando toda la tarde. Vaya, entendí “parque” cuando me había dicho “parking”. Me parece que no vuelvo a ver el single de Nana Mouskuri en mi puñetera vida.

Javi Trilobite © humorenlared.com

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