enero 6, 2011

Flims: Tron Legacy

Cuando en 1982 se estrenó la película Tron no la vio ni dios. Incluso algunos espectadores lo mantenían en secreto, no vayan a pensar que era un freak peligroso que jugaba con el ordenador con treinta añazos, para disgusto de sus padres. Pero mucho han cambiado las cosas desde entonces. Los videojuegos generan casi más dinero que el cine y los aficionados cuentan con un status dentro del mundo de la cultura pop, junto a los coleccionistas de chapas de gaseosa y los fans de Carmen de Mairena.
Joseph Kosinski sustituye a Steven Lisberger en la dirección del film. La trama gira alrededor de los avatares que sufre Sam Flynn por encontrar a su padre, Kevin Flynn, el Jeff Bridges de la primera entrega, programador consumado, fanático del Donkey Kong y que acaba dentro del sistema operativo porque nadie le dijo que acercarse mucho a la pantalla es malo.
El hijo, que es igual de guindilla que su padre, termina también metido en el sistema, donde tiene lugar el reencuentro paterno filial. El entorno virtual, sin embargo, es mucho peor que el mundo real. No sólo no ponen partidos de Liga, sino que ellos mismos acaban convertidos en ciberjugadores. Y no precisamente del Carta Blanca. Carreras de motos fosforescentes, peleas con discos fosforescentes y muchos más ingenios y personajes que brillan en la oscuridad pueblan el universo de Tron Legacy. Un mundo de ultraviolencia, ficheros comprimidos y archivos en alta resolución. Impagable la recreación de un Jeff Bridges joven, generado por ordenador, que parece recién salido de Starman.

Horacio Sandoval © humorenlared.com

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