Cómic: The Boys
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 THE BOYSEnnis & Robertson Norma Editorial Hace falta odiar mucho a los superhéroes para perpetrar una serie como The Boys. Los artífices de semejante boutade no son, precisamente, unos recién llegados a esto de destruir mitos dentro del mundo del cómic. Garth Ennis, guionista de Preacher y The Punisher, entre otras lindezas para público infantil y juvenil, y Darick Robertson, dibujante de Transmetropolitan, no son los primeros en poner a los superhombres con mallas entre la espada y la pared. Pero sí los que lo han hecho esparciendo más rabia, sorna, sangre y tripas en el proceso. En el universo de The Boys, los superhéroes son queridos por el gran público. Las grandes corporaciones los utilizan para promocionar sus productos y los tebeos son su plataforma propagandística. Sin embargo, estos superhumanos son unos aficionados sin instrucción con un “gran poder” pero que pasan de lo de la “gran responsabilidad”. Salvan al mundo pero les tiene sin cuidado si destruyen unos cuantos edificios o se cargan a varios miles de ciudadanos en el proceso. Eso por no hablar de sus adicciones, perversiones sexuales, hedonismo desmesurado, egomanías y comportamientos violentos. Y eso no gusta a todo el mundo. Ni siquiera dentro de las cúpulas de poder. Por eso existen The Boys, un grupo internacional de superheroéfobos, rayanos en la psicopatía, al servicio de la CIA, cuya misión es la de parar los pies a los justicieros enmascarados. Por todos los medios. Extorsión, chantaje, tortura o asesinato. Como diría Custer, “el tipo con calzones por fuera bueno es el tipo con calzones por fuera muerto”. © humorenlared.com
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