Flims: I’m Still Here
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 En 2008 el actor nominado a dos oscars Joaquin Phoenix declaraba en un acto de caridad que dejaba la interpretación para dedicarse al hip hop mientras su cuñado Cassey Affleck le grababa en video. Tiempo después aparecía en el show de David Letterman, con barba tipo Ángel del Infierno, gafas de sol, gesto hierático y una señora castaña encima, ratificando, entre balbuceo y balbuceo, que dejaba de ser actor para cantar rap. Phoenix parecía tallar su epitafio sobra la losa mediática en mayúscula negrita.En septiembre de 2010 volvía a aparecer en el programa de Letterman, mucho más aseado y formal, diciendo que todo fue una broma, un show, parte del metraje de un documental autoparódico que se exhibiría en los cines. Ahora llega a las pantallas I’m Still Here, ese documental, que narra un año en la vida del ¿actor? Un año de orgías con prostitutas, autohumillación pública, consumo de drogas (principalmente marihuana y cocaína), comportamientos vejatorios para con sus asistentes y supuestos amigos, y largas sesiones de viernes visionando Sálvame Deluxe. Doce meses de autodestrucción de manual. Sus defensores dicen que Phoenix hace una crítica del vacuo sistema de valores hollywoodiense y se ríe de él. Otros dicen que la película es demasiado realista para ser un spoof, que Joaquin (nadie duda de su calidad como actor pero…) hace demasiado bien de tío acabado. ¿Realidad? ¿Ficción? ¿Un vahído como los que le daban a Fungairiño? El tiempo o los agentes de prensa lo dirán. Horacio Sandoval © humorenlared.com |
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