marzo 30, 2011

Psico: Síndrome de Munnchausen

En ocasiones, el instinto de protección del individuo se ve alterado y este, en vez de considerarlo un impulso natural individual prefiere delegarlo en los demás. Es decir, que harto de pasarse toda la vida teniendo cuidado de no ducharse con la tostadora encendida dentro de la bañera, de no cruzar en rojo el semáforo cuando se aproxima un trolebús a toda velocidad o de no insultar a alguien que te saca una cabeza a fin de que la metáfora no se convierta en la cruda realidad, ese sujeto prefiere que sean los otros quienes les cuiden. Este trastorno psicológico obliga a la persona a fingir enfermedades para pasarse la vida tumbado en una cama de hospital, comiendo de gorra y disponiendo de enfermera de guardia las 24 horas que le cambie el orinal.
En los Estados Unidos, donde hasta ahora no ha existido una Seguridad Social a la europea, los gerentes de los centros de salud no se han preocupado demasiado de paliar este desarreglo mental, aduciendo que la pela es la pela. Las compañías de seguros, en cambio, sí han impulsado la persecución de una cura.
Una variante del Síndrome de Munnchausen es aquella en la que el afectado no simula su propia enfermedad sino que se la induce a los demás para que estos necesiten de sus cuidados y así volverse imprescindible. “Es el típico caso de la madre que echa lejía en el desayuno de sus hijos para que estos siempre estén enfermos”, comenta Niceto Alcalá Zarzamora, psiquiatra residente del Hospital de Nuestra Señora del Cilicio Cromado. En estos casos se trata de concienciar a los hijos de que no animen encima a su madre, que lo de no ir a clase puede estar muy bien, pero que la lejía, a la larga, termina por repetir.

Dra. Luisa Bergara © humorenlared.com

¿Te has quedado con las ganas? Tienes más de 3.100 puntos de distribución de EL KARMA

Y si quieres la revista en tu casa todos los meses suscríbete

Pincha aquí para ir al sumario de EL KARMA nº 133