abril 8, 2011

Gora Euskadi: Vocento, la marca de Vargas

El consejero delegado de Vocento, Manuel Vargas, ha dado una lección magistral de coherencia interna durante la convención anual del grupo. Ha declarado que, ante todo, son unos profesionales, y no unos tramposos. Así, destaca la responsabilidad de Vocento de construir contenidos decentes, educativos, “lejos de la zafiedad que a veces lo inunda todo”. Todo respaldado por pruebas.
Así, se desprende un lirismo formativo y didáctico digno de Rainer Maria Rilke del anuncio “Amante joven experta en chupadas. Te la chupo despacio. Córrete en mi boca”. Vargas hace también hincapié en el esfuerzo de Vocento en la búsqueda de la eficiencia permanente, como en “Brasileña. Boquita viciosa. Chupo sin cansarme”. Según el consejero delegado, el grupo mediático ha pasado de concebir su negocio como un soporte a entenderlo como una marca. De lo que se desprende que periódicos como EL CORREO no son un tablón de anuncios de explotación sexual sino que estos pasarían a ser su punto fuerte, su valor en alza, su buque insignia, su Ronald McDonald, su Messi, su Belén Esteban. Pero no lo hacen porque sí, sino porque son “la vanguardia de la sociedad” y deben “responder a sus demandas”. Todo lo hacen por el público que tanto les quiere y al que tanto deben.
La apuesta de Vocento por mantenerse a la cabeza de los medios de comunicación de España en Internet ha podido ser la razón por la que el Gobierno Vasco ha decidido insertar su campaña contra la trata de blancas en la web de EL CORREO. Imagino que puestos a hablar de esclavitud sexual es mejor insertar la publicidad en medios especializados.
Esta campaña ha venido a coincidir en el tiempo con el apoyo del Consejo de Estado a que se prohíban (o se limiten severamente) los anuncios de prostitución. Los editores de prensa dicen que eso es trampa, que arrenuncio, que ellos también se rieron mucho en julio de 2010 cuando les pidieron que se autorregularan, pero que darle a la prohibición rango de ley ya no tiene gracia. Dicen que la explotación, controlada por mafias, de mujeres para que se prostituyan está feo, pero que atentar contra la libertad de expresión de la prensa es inconcebible, una vergüenza, el Apocalipsis. Los más moderados llaman a la calma de sus colegas de profesión. Parece ser que la prohibición no iría al código penal, por lo que no sería delito. Entonces vuelven a sacar las calculadoras, mientras se les va pasando el susto.

Héctor Sánchez © humorenlared.com

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