Butaca de Gallinero: Mujeres
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Para Indiana Jones no pesaban los años, pesaban los kilómetros. Pero algo tendrá que ver la edad, que hace que actores y actrices cambien sus roles según van quemando calendarios. Aunque son ellas las que deben decir adiós en mayor número de ocasiones a los papeles más golosos. Resistencias como la de Sofia Loren (77), que con 60 años se marcaba un striptease, más o menos vergonzante, en Pret-a-porter (1994), son poco comunes. Actrices como Diane Keaton (65) o Dianne Wiest (53), han visto con el tiempo la metamorfosis de sus personajes, desde sus papeles de mujeres independientes y emancipadas con el Woody Allen de principios de los 80 hasta sus actuales roles de ama de casa y madres amantísimas. Glenn Close (64) o Meryl Streep (62) hace tiempo que han olvidado las torrideces de Atracción fatal o Memorias de África. Se les pasa el arroz cinematográfico a intérpretes otrora sex-simbols como Michelle Pfeiffer (53), de Catwoman a madre asaltacunas en 15 años, Julia Roberts (44) o Meg Ryan (50). Y otras como Kate Winslet (35), Cameron Diaz (39) o Angelina Jolie (35) aguantan el tirón mientras miran por el rabillo del ojo a las Anne Hathaway (29), Mila Kunis (28) o Scarlett Johansson (27), que les van comiendo terreno en la cartelera. Y sin embargo ahí tenemos a Clint Eastwood (81), que seguía seduciendo mujeres con 65 años en Los Puentes de Madison y repartiendo mamporros a los 78 en Gran Torino. Cosas del cine. Cosas del público. Roberto Aguirre © humorenlared.com |
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