Debajo de la Palmera: La habitación indiscreta
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José María Mur Bernad, es en la actualidad senador del Partido Aragonés Regionalista aunque fuera elegido diputado por Zaragoza en 1989. Estuvo en el Congreso hasta 1996. Presidió durante una legislatura las Cortes de Aragón para pasar a ser senador y presidente de la Comisión de Medio Ambiente. Con 69 años inicia el tramo final de su vida parlamentaria cargada de intervenciones e iniciativas oportunas. Hombre afable y trabajador sus compañeros del Grupo Mixto suelen presentarlo como primo de Demi Moore, que se pronuncia Mur. Tiene la rara cualidad de viajar cuando le toca hacerlo al presidente, como portavoz del Grupo Mixto. Siempre coincide su portavocía con el viaje oficial. Nadie como él podría contar infinidad de anécdotas de estos periplos parlamentarios. De ahí que fuera protagonista de una muy sonada. Viajaba Javier Rojo a Siria en visita oficial y llevaba con él a todos los portavoces que al llegar al hotel en Damasco se fueron registrando en sus habitaciones. En eso estaba Mur cuando subió al primer piso y abrió la puerta de la habitación que le había correspondido pero vio con sorpresa que la misma estaba ocupada y en la cama una pareja desnuda hacían el amor. Se quedó estupefacto pero mucho más cuando el árabe saltó como un rayo y se abalanzó hacia la puerta como su madre le trajo al mundo. Mur cerró la puerta y echó a correr por el pasillo con el supuesto jeque persiguiéndole hasta que pudo llegar a una escalera de emergencia y como loco bajarlas para llegar sofocado a la recepción con gran asombro de sus compañeros. Entrecortadamente contó lo que le había ocurrido y puso como condición para alojarse nuevamente que una persona del hotel le acompañara. Dos días le duró el susto. Otro que lo pasó mal con la habitación del hotel donde se alojaba fue Antonio Garrigues Walker. Y esta vez la culpa la tuvo el fuerte muelle de la puerta. Este jurista y político madrileño que fracasó con la operación reformista, la famosa plataforma con Roca, me contaba en una cena que aquella infausta noche electoral, donde no obtuvieron ni un solo diputado con su slogan de La otra forma de hacer España, le obligó a Miquel Roca ir a Madrid a dar la cara ya que el político catalán, ante la inmensidad del fracaso, no quería darla. También me contó lo mal que lo pasó cuando una vez en Londres tras ducharse, salió desnudo a la puerta a coger el periódico y estando en ello, el fuerte muelle de la misma le cerró la habitación. Y allí estaba él, en pelota picada, sin saber qué hacer y pensando que ahí acababa su carrera. Afortunadamente apareció por el pasillo un señor que fue a su habitación y le facilitó un albornoz… Iñaki Anasagasti © humorenlared.com |
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