La piel que evito
La izquierda abertzale ha decidido desmarcarse de la violencia. ETA le estorba. Lo ha dicho Arnaldo Otegi, “la violencia sobra y estorba, es la piel que evito”. El regreso de ETA a las andadas supondría el “suicidio político de la izquierda abertzale”, en palabras de Otegi durante el juicio por el caso Bateragune, del que salió condenado a 10 años. Pero una cosa es pensar que “no hay más camino hacia la independencia que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas” y otra chuparse el dedo. Según dice Otegi en la carta leída en la manifestación del 24 de septiembre, “existen poderosas fuerzas instaladas en los diferentes ámbitos del Estado que manejan una agenda” para impedir la paz en Euskadi. Palabras rechazadas por Anacleto Mavistas, portavoz del Sindicato Independiente de Zapatofoniatras de la Policía. “Ejem, también hay gente que se enrolla y avisa de las redadas. Y suerte que el Caso Faisán no ha prosperado, porque si tienen que admitir a dos policías y un exdirector general de la madera en el colectivo de presos apaga y vámonos”. Según este veterano agente, ETA, tras el alto el fuego permanente y verificable, el cese del “impuesto revolucionario” y la adhesión de los presos al acuerdo de Gernika, estaría planteándose el ERE definitivo. Descartada queda también la kale borroka porque “esos actos oxigenan las posiciones del llamado constitucionalismo”, según Otegi. Según el politólogo Periko Ibarba, el regidor bilbaíno Iñaki Azkuna ha marcado la línea divisoria entre el electorado de Bildu y el del PNV: a un lado, la propiedad privada, la ley y el orden. Al otro, el perroflautismo kaleborrokil autóctono del movimiento okupa. El PNV cree que los movimientos en la izquierda abertzale son una oportunidad para que el gobierno central arriesgue. “Euskadi no les debe nada y nosotros tampoco. Que en Txiberta en el 77 cada uno se pagó su consumición”, clamaba Urkullu en el Alderdi Eguna. Bildu obtuvo más de 313.000 votos el 20 de mayo. Cifras que son para Otegi y los suyos el refrendo popular de su estrategia y la prueba de que “sonreír es otro modo de enseñar los dientes”. Una frase que analistas de la Ertzaintza endosan a Isabel Pantoja en su etapa cachulista-leninista. Con la mayoría de los presos recién embarcados en el tren del acuerdo de Gernika, el optimismo de Arnaldo Otegi no contagia a todos por igual. Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, se muestra rotundo: “Lo de los presos es más de lo mismo. Lo que hace falta es que ETA lo deje y que saluden como Dios manda a la Guardia Civil cuando pase la Vuelta a España…”. A la urna, a las dos… |
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