noviembre 22, 2011

El Ampli: Burocracia de farmacia

La música no entiende de virus, bacterias, bacilos, excipientes, tónicos ni jarabes. Solo, de vez en cuando, de recetas magistrales.

Acudo a la farmacia. Sé que soy raro, porque a nadie le gusta ir a la farmacia ni al hospital. Traumas con las batas blancas, supongo. Yo es que a estas alturas ya he visto demasiado porno en Internet y me ponen los uniformes. Hasta me ha llamado la atención una de las basureras que pasa por mi calle para decirme que no hace falta que yo esté presente junto a los contenedores durante las recogidas. Entro en la farmacia. Matador Rockers tenían razón, Esto tenía que pasar. La cola casi llega a la puerta. Me planteo irme, pero necesito comprar lo que he venido a comprar. Hago caso a Benito Kamelas y me lleno de Buena energía.
Intento pensar en cosas bonitas, como en las canciones de Flâneur, el último disco del cantautor griego Giorgis. Pero entonces me embajono pensando en el Banco Central Europeo, en rescates del Equipo A y en primas de riesgo. Como mi prima Vanessa, del pueblo, que tiene un peligro… Qué botes pegaba con la chupa de clavos cuando se enteró de que Hamlet sacaba álbum nuevo, Amnesia. Que es lo que tiene ella todos los domingos por la mañana.
La cola no avanza. Me gustaría que las personas que esperan junto a mí fueran marionetas, lo mismo que la orquesta de títeres que tocan para Albert Plá y Pascal Comelade en Somiatruites, para hacerlas desfilar fuera del recinto. Pienso en estas cosas para hacer tiempo, pero solo consigo impacientarme más. No es que me cante la misma mala leche que a Noel Gallagher, más optimista desde que ha sacado The Death Of You And Me, pero yo de malas pulgas soy insoportable. Y de buenas también.

Falso alivio

Un bloque de señoras con un fajo de recetas en la mano se desplaza al unísono hacia un lado del mostrador como un banco de jureles. Parece que van a abandonar. Pero no, es como el grupo de Sabadell, Falsalarma. Y además Dramática. Solo estaban mirando el atril de los laxantes. Si tuviera una Doble Vida como Sho Hai no me pasarían estas cosas, no tendría que hacer cola, me pondría a rapear y todo me caería del cielo. Miro al techo y me doy cuenta de que lo único que me puede caer encima es la fluorescente que se balancea en equilibrio inestable sobre mí. La posibilidad de acabar con una brecha en la coronilla me distrae durante un rato.

Última, por favor

Sigo divagando como un cualquiera. No soporto esperar. Fantaseo con que el Torete y el Vaquilla, en plan dream team, atracan la farmacia, como en una película de José Antonio de la Loma. Para amenizar la mañana. Pero la vida es muy injusta y poco amena, y a lo más que llego es a tararear los estribillos de todos los temas de El sentimiento garrapatero que nos traen las flores de Los Delinqüentes, que cumple dos lustros. Y ya de paso me arranco por bulerías y me pongo a dar palmas, dedicadas a los mejores momentos de Flamenco Etxea. Cuando toda la farmacia se me queda mirando, paro, avergonzado. Me pondría a canturrear temas de Miguel Costas, como en las versiones de Costas is Back pero creo que mis compañeros de cola me seguirían mirando raro. Esta tensión no la corta ni interpretar el single de Hacia lo salvaje, de Amaral, con silbidos gomeros.
En un momento la cola coge velocidad, pero mi gozo pronto se despeña por el proverbial pozo cuando una pareja de adolescentes se planta ante la manceba. Se les ve en la cara que lo que quieren es un paquete de pastillas para la tos porque ni fuman, ni beben, ni se meten de nada, para echar la tarde. Casi oigo la música orquestada de tensión, algo parecido al Night of Hunters, que ha sacado Tori Amos para la Deutsche Grammophon. Pero la presión del grupo les puede y terminan pidiendo una caja de doce condones multisensación con estrías. No podrían haber soportado la vergüenza. Me dan un poco de lástima. Aunque más pena me ha dado que se haya separado R.E.M. Menos mal que R.E.M., part lies, part heart, part truth, part garbage, 1982 – 2011 es un recopilatorio de consuelo decente. Pero no podemos vivir en el pasado. Siempre nos quedan clásicos como Björk, que lanza Biophilia y se le termina de ir la cabeza actualizando la página web. Pero entonces me acuerdo de Islandia, y de nuevo en rescates y deudas, y me vuelvo a deprimir.
Por fin me toca. Orgulloso, pido lo mío. Tres cajas de valeriana y cuatro de pasiflora. Es que en breve me toca ir a la caja de ahorros a hacer un ingreso en ventanilla. Y se me hace insoportable el estrés de estar esperando en la cola.

Javi Trilobite © humorenlared.com

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