Oreja a la Plancha: La fonoteca peligra
Viendo cómo se las gastaba el gordaco de Megaupload y lo que se supone que ganaba, se le quitan a uno las ganas de defender la libertad digital y bla, bla, bla. Porque si en su día era malo que los «vendedores de arte» se forraran el riñón a costa de ofrecernos cada vez mierdas más grandes y maltratando cada vez más a los artistas y al arte mismo (sí, me refiero al grueso de las compañías de discos, sobre todo a las más grandes), tampoco es de recibo que se forren terceros que pasaban por ahí en la era en que los artistas ya no percibimos apenas ni aquel ratonero 10% que nos correspondía y que, de hecho, algunos empezamos a recordar como algo propio de «los buenos tiempos». O todos o ninguno, cabrones. Los cambios traen cosas buenas y malas, aunque nos apresuremos a aferrarnos a las primeras e ignorar las segundas. No sé si acabarán capando por completo este viva la virgen de archivos circulando, parece dudoso. Pero si llega ese día, lo que más penica me va a dar será la ausencia de los archivos raros, descatalogados. ¿No podremos localizar y descargar esa rareza death metalera de 1992… para que así nadie pueda tampoco “robar” lo último de Shakira o Bustamante? No sé, algo me chirría en todo esto. Juan Abarca © humorenlared.com |
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