abril 11, 2012

Lady Auch: Pura natura

Regresé a mis años de eterna juventud. A cuando moríamos jóvenes pero no nos importaba. A cuando pasábamos más tiempo muertos que vivos y así la vida era sólo un lapso entre muerte y muerte. Sucedió antes de ser. Antes de ser teles, franceses, peluqueros o drogatas. A esa edad en la que las entrepiernas todavía huelen a nuevo y conservan el precinto de cierre intacto.

Disfrutaba retozando desnuda sobre los infinitos campos de hierba tierna cuando salía el sol. Una tarde, al acercarme al lago, vi a un joven jugando en el agua. Acariciaba su polla en frote frenético y  miraba al cielo con la cara arrugada. Mi coño se empapó. Gotas de clímax concentrado resbalaban por el interior de mi muslo. Lo tenía tan hinchado que sentía placer con el simple rozar del andar. Me senté abierta de piernas sobre el suave tronco de un cerezo y comencé el frote frenético. Un cosquilleo brutal aumentaba en intensidad cuanto más fuerte me movía. Recordé la pradera. Los momentos más hermosos de mi vida pasaron por delante de mis ojos. Un ruido me hizo volver. Eran mis propios gemidos. Me corría a pleno pulmón. Caí al suelo en éxtasis. No podía parar de reírme. Echo de menos aquellos maravillosos años.

Tania Peligero © humorenlared.com

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