mayo 8, 2012

Juego de niños: Primeras preguntas

columna_elene_cabecera_gr
Cuando nace un bebé hay muchos rituales tácitos. Uno de ellos, las primeras preguntas. La recién parida va con su criatura en el cochecito. El cuñado, la vecina, la prima, el conocido, se encuentran con ella. Escudriñan bajo la capota del carrito para ver la cara del bebé. Y empieza el interrogatorio: “¿Qué taaal? ¿Estás bieen?”. Y la madre: “Bien…”, casi siempre con un deje en el que se adivina todo un mar de fondo del que no se puede hablar. Continúa el examen: “Y ¿es buenoo?”. La madre suele decir que sí, claro está. Porque, como todo el mundo sabe, el que no es bueno, es malo. Y añade: “Muy bueno. Casi no llora”. Así varias veces durante los primeros días.

El mensaje es claro: tienes que estar bien y tu bebé no tiene que llorar. Si te sientes mal por cómo ha sido tu parto, si tienes sentimientos incómodos, si algo te causa dolor o confusión, cállate. Mantén una máscara de felicidad. Aquí no ha pasado nada. Debes vivir de espaldas a tus emociones, ahora que son tan intensas.  Y, si por casualidad se te ocurre insinuar que no estás tan bien como es debido, tendrás un coro que te anime a ignorar lo que sientes. No vaya a ser que cuando expreses tu miedo, tu rabia, o todo a la vez, sea intolerable para tu entorno. Vuelve pronto al redil. No aproveches la ocasión para mirar de frente lo que te asusta o te duele. Ignórate. Ignora también a tu bebé. Dile: “¡¡No llores!!”.

Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com

Pincha aquí para ir a otras columnas de Elene Ortega Gallarzagoitia

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados