Gora Euskadi: Euskadi intervenida
Que nadie se engañe por la noticia. Esta no es una información inocua sobre unos ladrones que roban una escultura de cien kilos a plena luz del día, en plan Ocean’s Eleven. No estamos ante apandadores que tratan de batir el récord Guiness. La noticia es una cortina de humo, un tupido velo informativo para ocultar algo que la población no podría soportar. Euskadi esta siendo intervenida. Es demasiada casualidad que justo birlen una estatua de dos metros el día en que una delegación de la Unesco se encontraba visitando la zona. Que es Carranza, no Samarkanda. Euskadi anda mejor que el resto del Estado, pero tampoco es que esté la cosa como para tirar cohetes. Un par de trimestres malos y al pincho como todo hijo de vecino. Así que los señores de la Agencia lo que estaban haciendo era inventario. Y aquí es donde la cosa se pone interesante. ¿Estamos ante un robo o una incautación? ¿Es la desaparición de la escultura el primer paso de un embargo enmascarado para que no cunda el pánico? ¿Fundirán la estatua en una acería polaca para cuadrar balances? ¿O realmente se trata de un robo? ¿Perpetrado tal vez por el propio ayuntamiento que ya se olía la tostada de la intervención, quería mantener su patrimonio y ha contratado al Equipo A para salvar los muebles? ¿O por la Iglesia, que ya lleva tiempo apropiándose de terrenos y edificios de dominio público en virtud de la ley hipotecaria de 1998? El destino final de la escultura, en cualquier caso, es cosa baladí. Solo la punta de un iceberg con forma de cabeza de enema. Lo que destapa es lo que acongoja. Así se empieza en las series de médicos. Alguien dice que hay que intervenir de urgencia y a otro alguien le acaban amputando una pierna. O un bazo. O la soberanía. Aunque, bien pensado, muchos pensarán que mejor intervenidos por tecnócratas con estudios que gobernados por chorizos sin recato. Vivan las cadenas, pensarán algunos. Sobre todo las de supermercados. Héctor Sánchez © humorenlared.com |
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