Oreja a la Plancha: Nadie merece esto
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| Juro que solo vi unos segundos en un bar al entrar por tabaco, válgame el disclaimer, pero me bastaron para remover viejas fobias que no consiguen hacer callo por más que trate de acostumbrarme a que no vivo en una isla desierta. Sobre un gran escenario montado en la plaza de Cibeles de Madrid, los victoriosos seleccionados por Del Bosque recibían cariñosos pescozones entre vítores y palmas, mientras sus «hazañas» eran alabadas con voz bien alta en innecesario vodevil. Bueno, vale, la gente está fatal y necesita algo que le suba el ánimo… Pero ¿qué hacía por ahí Bisbal cantando su enésima chorrada entre nubes de autotune glassé pregrabado? No veo la relación entre una victoria deportiva y la prolongación hasta el infinito del mal gusto musical impuesto para todos como algo ineludible. La Eurocopa habrá quien la siga y quien no, y estos últimos pueden aguantar el aquelarre oligofrénico de las vuvuzelas como un mal pasajero o pueden escribir en Facebook lo mal que les parece todo. Pero la reducción del hecho musical a su mínima expresión con fines únicamente monetarios es algo que, aunque nos indigne mucho menos que lo de Bankia, trae consigo un tsunami de roña en el que se ahoga el chavalín que llevamos dentro, con consecuencias sociales a la larga mucho más graves de lo que parece. No nos lo merecemos. Juan Abarca © humorenlared.com |
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