Juego de niños: Inventos
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Dicen que las mujeres no podemos parir por nosotras mismas. Así que nos llevan a los hospitales y nos enchufan a monitores y goteros. Rodeada de tecnología médica ¿quién va a creer que su propio cuerpo supera todos esos artefactos? Luego vienen los biberones y la leche artificial, cuando te aseguran, en la primera dificultad, que con la teta no basta y que necesitas “una ayudita”. A las pocas semanas, se acabó la lactancia materna. Se sacan de la manga que la criatura no debe acostumbrarse demasiado a estar en brazos. Con cunas, balancines, cochecitos, mantas de juegos y demás parafernalia ¿quién necesita las extremidades superiores? Lo último es la mecedora mega electrónica. Un caro y sofisticado trasto que añade música opcional a una variedad de movimientos y velocidades. Ideal para aparcar al bebé en el salón sin que desentone con la tapicería del sofá. Eso sí, nada que ver con la superficie mullida y ecológica de ama y aita a temperatura constante de 36’5º, más su repertorio de melodías vocales de ayer y de hoy, motor de gran autonomía, modificación interactiva e instantánea de movimientos, bio-feedback intuitivo y combinatoria infinita con palabras, miradas y caricias. Todo un mundo de prestaciones. Y además vienen de serie. |
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