Que padezcan accidentes
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![]() «Felicítense: en España no se ha suicidado ningún banquero, como en Nueva York en 1929. Los pobres en cambio sí padecen accidentes”, constata el economista Gastby Charleston. Según el historiador Joaquín Calla, si bien las colas de parados son ahora de “demandantes de empleo”, beneficencia se pronuncia “bancos de alimentos” y los desahucios “se disfrazan de ejecuciones hipotecarias”, la situación real cada vez se parece más a la de los años 30. Calla advierte que hacer pasar por accidentes muertes que “se dan en un sistema socioeconómico al servicio de los poderosos” es, cuando menos, fraudulento. El caso de José Miguel Domingo, de 53 años, que se ahorcó en Granada horas antes de que una comisión judicial le hiciera una oferta que no podía rechazar, ha supuesto un mazazo semejante al del jubilado griego de 77 años que se voló la cabeza en la Plaza Sintagma de Atenas hace siete meses. Para Calla, Dimitris Christoulas dejó escrito un manifiesto político y el granadino optó por una trágica variedad de la propaganda por el hecho “abierta a interpretaciones”. La Caja Rural de Granada dio acuse de recibo al emitir un comunicado expresando sus condolencias. Los “daños colaterales de los días de vino e hipotecas”, como los llama Calla, aumentan a ritmo de desahucio y cada vez más personas salen de sus casas con los pies por delante. A pesar de los rezos de Rouco Varela, Dios no parece haberse puesto manos a la obra para detener los desahucios decididos por el César. Según la Asociación Hipotecaria Española, la Justicia ha autorizado 37.092 desalojos en los primeros seis meses del año y se han iniciado 48.213 procesos de ejecución, un 15% más que en el mismo periodo de 2011. “Esto no lo para ni Amancio… Ortega, a quien Dios tenga en su gloria, digo conserve la vista y el olfato en los negocios por muchos años”, comenta saliendo de Arzak el obispo de San Sebastián Munilla aludiendo al donativo por parte del amo de Zara de 20 millones de euros a Cáritas. Los números cantan Con una media de 14 desahucios diarios en Euskadi, muchas personas están regresando a los domicilios paternos cargadas de cónyuge y prole. Las condiciones de vida de quien conserva un techo empeoran por momentos. “Tengo un bajonazo del quince pero entre el aita, la ama, la mujer, los críos y echar la primitiva no saco tiempo para tener una caída tonta en la bañera con el secador de pelo”, confiesa un donostiarra que ha tenido que renunciar al piso en el que había puesto las esperanzas de toda una vida. Con subsidio por desempleo hasta fin de año, su único consuelo actualmente es la penosa marcha del Athletic de Bilbao esta temporada. Luis Rojas Narcos, reconocido psiquiatra, prepara a toda prisa el libro Como te suicides, te mato, donde aborda desde un punto de vista “ameno y desenfadado” la situación actual. Espera tenerlo publicado en 2014, cuando la población que ahora está cobrando el paro se quede sin prestación. “Cunde la ira: los gobiernos ayudan a los bancos y dejan tiradas a las personas”, constata Narcos, que da gran importancia a mantener cohesionado el núcleo familiar “aunque sea viendo porno”. A su juicio, las “entretenidas trifulcas” a las cartas o las “socorridas broncas intergeneracionales” son la “válvula de escape” a una tensión que en otros casos acaba en tragedia personal. El desahuciado interioriza que es un “fracasado que no merece vivir en la vergüenza y el oprobio, ni mucho menos arrodillado”, resume Narcos mientras echa cloro a su piscina. Otros psiquiatras como Gervasio Mediolleno recomiendan la lectura del clásico El suicidio de Durkheim para entender qué puede pasar. “Quizá en breve pasemos al suicidio kamikaze porque aquí ya lo único que baja de precio es el speed”, reflexiona preocupado mientras pone alas a su vespino. Para Mediolleno el colchón familiar está reventado y es plausible un rebrote violento, “que antes se limitaba a los reencuentros etílicos de Navidad”. Una zanja social se abre entre los que pueden pagar y los que no. “Seguir apoquinando una hipoteca por algo que compraste a 100 y que hoy vale 40 es rallante. Elegir entre pagar la hipoteca o alimentar a tus hijos es inhumano. Yo apuesto por la tercera vía: en el Bingo me lo paso de narices”, subraya. Ramos Narcos por su parte alerta contra el Síndrome del Cuñado Cabronazo: restregar por los morros de la familia depauperada lo bien que “aguanta uno pese a la que está cayendo, sobre todo en Santo Tomás”. Mientras la olla aumenta su presión, la maquinaria legislativa, ejecutiva y judicial continúa: la ley está para cumplirse. Para todo lo demás: www.stopdesahucios.es Querer es poder www.adicae.es Levantando acta www.ine.es Atención a la metodología Abel de las Heras © humorenlared.com |
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