Lady Auch: Criaturas
Una noche cuando salía de currar me crucé con ella. Tenía la cabeza rapada y miraba al suelo como si buscara algo. La miré sorprendida. Ella alzó la mirada. “Sí, tengo la cabeza rapada, ¿qué pasa? Pensarás que es una locura, pero no creía que la maquinilla pudiera cortarme el pelo de esta manera. ¿Cómo iba a pasarme eso a mí? Si me tirara por un barranco caería de pie. No entiendo como hay mucha gente que se accidenta o pierde la vida. Solo hay que caer de pie. Pero después de la movida con la maquinilla ¿cómo voy a confiar en mi criterio? Todo se ha desmoronado. Como el puto efecto dominó. Ves que algo en lo que creías es falso y empiezas a replantearte todo. Te ahogas entre jodidas avalanchas de dudas y te conviertes en un ente que se limita a ir ver y callar. “Sólo sé que no sé nada.” ¿Cómo cojones se puede funcionar con ese planteamiento vital? Si no sabes nada ni tienes certezas te encuentras jodidamente perdido. Por eso hay gilipollas en este mundo, si no fueran gilipollas estarían perdidos, y es mejor ser gilipollas”. Atónita sólo pude decirle: “Oiga señora, que no la conozco de nada, no me interesan sus estupideces”. Y continué mi camino al bar. Tania Peligero © humorenlared.com |
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