Oreja a la Plancha: Al pilón
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| Un músico me dijo una vez que estaba acostumbrado a tocar hoy en una plaza de toros abarrotada y mañana en el suelo de un garito enano, matándose a darle al blues por cuatro perras. Me pareció un síntoma de buena salud mental y laboral, que además se da con cierta frecuencia en este mundillo tan variable y hostil. Ahora que todo anda a la baja, no quisiera estar en el pellejo de los pocos privilegiados que llevan décadas de vacas gordas: cada cual se está tragando la tranca que le ha tocado en suerte, y consuela pensar que la de uno es comparativamente llevadera. Pero si de verdad sacáramos la cabeza del caparazón, los músicos nos daríamos cuenta de que, eventuales subvenciones y mamoneos aparte, nuestro sustento siempre procedió del público que nos está fallando ahora, y que no es más que la gente en general, que está bien jodida. Hay quien dice que ya que usamos un micro nos debemos al panfleto, y en eso discrepo, pero creo que se condenan letalmente los músicos empecinados en mantener sus orejeras y no ver lo que tienen delante, o peor aún los que acostumbran a lloriquear su suerte perra. Los primeros, al aislamiento; los segundos, al pilón. Juan Abarca © humorenlared.com |
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