octubre 17, 2013

Flims: Rush

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r156_flimsEran ricos, eran guapos (bueno, Lauda no tanto) y eran famosos. Al mismo tiempo, su profesión consistía en jugarse el tipo a 200 millas por hora, metidos en una especie de ataúd con ruedas relleno de combustible híper-inflamable. Alguna peguilla tenía que tener. Ese es el contexto en torno al cual gira la trama de la última película de Ron Howard, la pugna entre el playboy británico James Hunt y Niki Lauda, un austriaco más áspero que un bocadillo de cardos con pan de ayer, por hacerse con el título de campeón de la Fórmula 1 del año 1976. Una pugna no especialmente amistosa. Pero claro, para qué iban a llegar a las manos estos muchachos cuando podían hacerse adelantamientos peligrosos en pista mojada y ponérselos de corbata mutuamente.

Pa’bernos matao
A pesar de que en la publicidad del flim se nos dice que en el mundo de la F1 no hay margen de error (“porque si cometes uno, mueres”), no sería la primera vez que Hamilton mete el zancarrón equivocándose al entrar en boxes o que Vettel la pifia sometido a presión. Sin embargo la cinta de Howard recrea una época diferente en la que la tasa de mortalidad era del 8% anual, ayudado por la partitura de chelos de Hans Zimmer y una fotografía espectacular. Nada que ver con los berrinches de Fernando Alonso.

LO MEJOR
Las carreras que aparecen no se parecen entre sí. Y eso que solo son coches dando vueltas. Todo un alarde.

LO PEOR
En toda la cinta no aparece ningún periodista lameculos, acólito de Hunt ni de Lauda, al que ponen verde en Twitter.

Horacio Sandoval © humorenlared.com

 

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