Juego de niños: Las afotos
Hay gente pa’tó y cada cual tiene sus frikideces. Lo que a mí me parece una horterada para el de al lado igual es el no-va-más. Y viceversa. Hay a quien le llena de orgullo y satisfacción publicar en la prensa la foto de su mujer con un “A mi txurri, que siga estando tan guapa, zorionak”. O la imagen de su sobrina anunciando “Felicidades a Naroa en su primer cumpleaños, estás hecha una brujita”. Cuando veo esas patochadas en las páginas de un periódico me salen sarpullidos. Ya puestos, que vayan a la plaza de su pueblo y planten un cartel tamaño XXL con la foto de su marido-hija-abuela al lado del Ayuntamiento.
Aunque, bien pensado, ya tienen una plaza pública en las redes sociales. Allí, vía Facebook, Twi-tter, WhatsApp y demás, exponen de todo, todos los días. Parece que lo que no se muestra no existe. Es más, lo que no recibe comentarios halagadores no tiene entidad alguna. El narcisismo paleto que alimenta la prensa local vive en toda la red. Se hace de uso común enviarse, reenviarse y recontraenviarse todo tipo de fotos, chismes, videos y bobadas. Una infinita plaza pública en la que cada cual dice más cosas y está más pendiente de lo que dicen de uno. Y así. |
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