Gora Euskadi: Problemas mayores
Antes que nada quiero dejar muy claro que me parece bien la iniciativa pionera de la comisaría de Sestao de ofrecer charlas a ancianos con el fin de sensibilizarles y prevenir actos de delincuencia, a menudo violenta, contra este colectivo. Considero oportuno aleccionarles sobre asuntos como cerrar con llave o evitar elementos sospechosos a la hora de sacar dinero del cajero. Esas cosas que, con el tiempo, habían ido dejando de hacer, confiando en que vivían en un mundo cada vez más justo y próspero.
Solo lamento que esos cursillos no vayan más allá. Que se queden en la delincuencia callejera. Que el temario solo contemple tirones, escalos, resbalones y derivadas. Que no se amplíen esos seminarios formativos hacia otro tipo de “atracos”. Porque es cierto que en esas clases se tiene a bien, según el artículo, informar a los ancianos sobre los falsos técnicos del gas, pero no se hace ni una sola mención a directores de banco u otros empleados de entidad bancaria, tratando de colarles participaciones preferentes, con la promesa de altas rentabilidades que les permitan estirar algo sus exiguas pensiones. En esos casos debería ser el instructor del cursillo el que determinase qué técnica debería seguir el anciano, si la denuncia preventiva, el gas mostaza o el bate de aluminio. Porque claro, las personas mayores es cierto que deben de estar prevenidas ante elementos indeseables que pretenden birlarles su dinero, pero no resulta fácil con tantos frentes abiertos. A un tipo que te quiere arrancar la cadena de oro o sustraerte el dinero de la pensión (que a lo mejor se la ibas a entregar a tus hijos para que les compren garbanzos a tus nietos, porque en este país los pensionistas están manteniendo la cosa a flote) se le puede ver venir. Pero un anteproyecto de reforma que pretende recortarte la pensión es más difícil de esquivar. Y sus efectos son más devastadores. Dice el policía del artículo que la integridad física es más importante que los 500 euros que les puedan quitar. Puedo estar de acuerdo. Solo que a veces la integridad física (propia y ajena) depende de esos 500 euros. En ocasiones de muchos menos. Héctor Sánchez © humorenlared.com |
Pincha aquí para ir a otras columnas de Héctor Sánchez
Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados