Psico: Síndrome del salvador
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![]() Esta actitud suele estar motivada por una falta de afecto en la infancia (ese poni que nunca le compraron…), que convierte al salvador en un abanderado del amor y la concordia, aunque sea a la fuerza. En un desfacedor de entuertos, aunque estos no existan (los entuertos, no los desfacedores). Y si no existen, se crean. Este es el componente peligroso del síndrome, como apunta Borriquero. Cuando el salvador cumple su tarea y su pareja se convierte en un individuo autosuficiente, el san Bernardo se dedica a dinamitarle la autoestima para, como un moderno Sísifo, volver a reconstruirla de nuevo. “Y no se te ocurra no darle las gracias por haberte hundido en la miseria y rescatarte de nuevo que te monta un cirio”, comenta Marcela D’Or de Guardia, psiquiatra especializada en trastornos de personalidad en mamíferos ungulados. “Normalmente los salvadores no son violentos, pero por no oír su sarta de chorradas acabas haciéndoles caso”, finaliza. La cura del síndrome es difícil. Los terapeutas especializados son más partidarios de recanalizar las energías redentoras del sujeto, recomendándole que se enrole como carne de cañón en el cuerpo de artificieros del ejército, aunque muchos acuden al autoempleo y fundan sectas destructivas. Dra. Luisa Bergara © humorenlared.com |
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